¿TONTERÍAS?

   Casualmente me he enterado que, en un pueblecito cercano a nuestra ciudad, el otro día ocurrió algo que para algunos resultó extraño. Era último día del año —31 de diciembre—y a las once y cuarto de la noche se abrieron las puertas de la Iglesia parroquial. Quince minutos después comenzó una adoración al Santísimo Sacramento que duró una hora. No hubo doce uvas para nadie, pero sí oraciones. Pasado ese tiempo, a las doce y media, se celebró Misa. Mucho había que agradecerle a Dios por lo vivido y mucho que pedir y así se hizo. Finalizado el culto hubo un rato de convivencia y después, a dormir tranquilo.

   Al saberlo pregunté cuantas personas habían ido. Pensé que era una locura tal acto en tan señalado día y hora por lo que no más de tres o cuatro personas abrían acudido. Estaba equivocado; fueron más de cinco y de diez. Superaron con suficiencia el doble de esa cantidad. Y quedé perplejo. Mucho más cuando fui consciente de que era el segundo año en que tal celebración se hacía en aquél lugar.

   Ahora conozco que no es acto singular sino que se repite en algunos lugares de nuestra geografía y os puedo garantizar que me he sentido encantado con el hecho. Porque muchos pueden pensar que es una tontería o un querer rizar el rizo y sin embargo, pienso que para algunos es ser consecuentes consigo mismo.

   Soy psiquiatra y en mi profesión se estudia el pensar, sentir y vivir del individuo. Sabemos, así lo hemos estudiado y comprobado, que lógica y sentimiento han de ir acompañados por una manera de comportamiento consecuente pues se puede mentir hacia fuera, pero no sale bien al final eso de intentar engañarse a uno mismo. Tal forma de actuar lleva a la frustración, al desencanto y al hastío. Por eso, en la existencia del creyente, no se debe huir de momentos claves donde lo Trascendente ha de embargarnos. Terapia para soledades en personas que se ven con aparentes compañías, bálsamo de heridas y regalo de almas exquisitas.

   Sólo un necio puede considerarlo tontería.

ABC-Sevilla- Javier Criado – DESDE EL DIVAN.