TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

domingo, 30 de octubre de 2011

COMPROMISOS DEL ADORADOR (II)

VIVIR LA ESPIRITUALIDAD ESPECÍFICA DEL ADORADOR
               Nuestra noche mensual de adoración sólo será válida si es expresión,  consecuencia,  reflejo y ofrenda de toda una  actividad vital de adoración:  devolver  a  Dios la  vida  recibida a  lo largo de nuestros días,  de  nuestras alegrías  o problemas, en cualquier instante o circunstancia.
             Contemplando el misterio eucarístico desde la perspectiva de comunión con Cristo,  descubrimos  que la caridad, el amor, la comunión exigen de nosotros  mucho más que actos pasajeros o actitudes que comprometen sólo la superficie de la personalidad: es uno mismo el que tiene que darse como  una donación profunda y habitual                      .

            Como Obra de Iglesia, nos sentimos responsables con ella de
ser para el mundo signo de amor salvador.
              La Adoración Nocturna Española,  "de acuerdo con su vocación contemplativa y expiatoria,  promoverá otras formas de devoción y culto a la Sagrada Eucaristía en perfecta obediencia  a la Jerarquía Eclesiástica."
Estatutos, art. 1°
EN DEFENSA DE LA FAMILIA CRISTIANA

     Conscientes de que la familia, por ser la célula de toda sociedad organizada, está siendo objeto en nuestros días de los más furibundos ataques por parte de las  fuerzas del mal, consideramos conveniente reafirmar ante el mundo de hoy el concepto cristiano de la familia, del matrimonio y del amor,  tal como recientemente lo proclamó el Concilio Vaticano II.
         Si la Eucaristía es el  Sacramento del amor de  Dios a los hombres, el matrimonio como   Sacramento  es la elevación del amor humano a la  categoría de  signo del amor recíproco entre Dios y su pueblo. 
        Si la  Eucaristía es el  Sacramento del  cual y en orden al cual reciben su eficacia todos los demás, de la Eucaristía habrá de salir la fuerza que garantice la solidez, consistencia y fecundidad del amor, que,  consagrado por el  sacramento del Matrimonio, se realiza plenamente en la familia.                       
        Si la Eucaristía  es el banquete  que reúne  en  torno  al Padre a todos  los  miembros de la gran familia de  los hijos de Dios, es razonable que al  conjuro del  amor a la  Eucaristía, se convoque a los hombres de buena voluntad a una cruzada pacífica en favor de la familia.

SER TESTIGOS Y FERMENTO DE FRATERNIDAD
    
     "Todos se completan en todos, pero sobre todo en Cristo su Cuerpo místico. Nuestras deficiencias personales se pierden en el conjunto y todo lo nuestro queda sublimado. Tal es el poder maravilloso de transformación que tiene Cristo cuando estamos en Él. Tal es el poder de la Asamblea Eucarística. La cual, aun dispersada en el mundo, ha de ser fermento de fraternidad y de justicia, es decir, de los valores del Reino.
     Los convocados en torno al Señor reciben la encomienda de ser sus testigos para convertirse a su vez en convocadores; es el dinamismo de la experiencia vivida."
Mons. DELICADO BAEZA,
Arzobispo, de Valladolid
Semana de Espiritualidad. Toledo, 1978.
VIVIR EL TURNO COMO CÉLULA BASE DE IGLESIA
       
        "La Eucaristía vivida tan intensamente en el silencio de la noche y en comunión íntima con los hermanos adoradores, las Laudes en las primeras horas de la mañana alabando al Señor... Todos ellos nos pueden dejar convenientemente preparados para proyectar nuestra fe en el centro de nuestras ocupaciones profesionales y en nuestra familia hasta el mes siguiente, en que volvamos a vivir, en el más amplio sentido de la palabra, la vigilia de nuestro Turno."
     "Los fieles deben mantener en sus costumbres y en su vida lo que han recibido en la celebración eucarística por la fe y el Sacramento. Procurarán, pues, que su vida discurra con alegría en la fortaleza de ese alimento, participando en la Muerte y en la Resurrección del Señor. Así..., cada uno sea solicito en hacer buenas obras..., trabajando para impregnar al mundo del espíritu cristiano y también constituyéndose en testigo de Cristo, en toda circunstancia y en el corazón mismo de la convivencia humana."
                                               Eucharisticum Mysterium, núm. 13                                                                                  
 Cfr. Gaudium et Spes, núm.

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