TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

domingo, 28 de noviembre de 2021

DOMINGO I DE ADVIENTO (28 de noviembre)

 

     Con el Adviento comenzamos el ciclo litúrgico de Navidad-Epifanía, en el que al mismo tiempo que hacemos memoria de la primera venida de Cristo nos lanzamos a esperar con alegría y esperanza su segunda venida al fin de los tiempos, como profesamos en el Credo: «Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrá fin». Se trata en este tiempo de Adviento de salir al encuentro de Cristo que sigue viniendo a nosotros en su Palabra, en la Eucaristía y en los hermanos. Precisamente practicando el amor mutuo y no dejándonos embotar la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero nos preparamos para su segunda venida, de la que no sabemos ni el día ni la hora (cf. 2 lect. y Ev.).


    San José y la Esperanza

     Entre los testigos de Adviento, que "dan testimonio de la luz" y nos acompañan en Navidad, está José, un hombre justo que sueña y ama, que no habla, pero que actúa. “Antes de irse a vivir juntos, María se encontró embarazada”. Una absoluta sorpresa de la criatura que llega a concebir lo inconcebible: a su propio Creador. Algo que, sin embargo, desgarra el corazón de José, quien se siente traicionado. Y él entra en crisis. Él es bueno y no queriendo acusarla públicamente, pensó en repudiarla en secreto. Vive el conflicto entre la ley de Dios que afirma repetidamente: denunciar al pecador (Deut 22,22), y amar a esa joven. Y se pregunta ¿Qué pasa si digo Sí a esa mujer?

     A veces podemos quedarnos en una lectura sensiblera del texto evangélico y no ver la verdadera angustia que le supone a José este Misterio. Tiene dos posibilidades: creer o no a María. Si la cree creerá en lo imposible, tendrá que entrar en lo imposible de Dios. El Evangelio es una respuesta en un atormentado camino de fe, y tanto José como nosotros vivimos este camino de fe a lo largo de nuestra vida. En muy pocas líneas se refleja el tormento de cada vida; y debemos preguntarnos con él: ¿Qué tiempo nos damos para responder? ¿Nos queda esperanza? Esperanza y tiempo es lo que José no tiene y en los que trata de buscar una solución para estar en paz. Esa búsqueda profunda de la verdad que está en él. Es de valorar que José no actúa emotivamente, sino reflexionando. La duda es la que precede a la fe. La fe está sustentada en las dudas y en la reflexión de noches y de búsquedas de luz. José es el justo, para Israel es un hombre religioso, no moralista. Para ser justo tiene que responder a una llamada clara de esperanza y aceptar la llamada de Dios, la llamada del infinito. Ser un hombre de Esperanza.

Mons. Jesús Rodríguez Torrente, asistente eclesiástico de ACN España


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