TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

sábado, 18 de agosto de 2012

LECTIO DIVINA PARA EL DOMINGO 19 DE AGOSTO, 20º DEL TIEMPO ORDINARIO

Verdadera comida

Juan 6.51-     En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo». Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo:
«Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él.
     El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre».

Otras lecturas: Proverbios 9.1-6; Salmo 34.2-3, 10-15; Efesios 5.15-20

LECTIO:
     Jesús sigue con su enseñanza sobre el ‘pan de vida’. Sus oyentes están indignados. Sólo escuchan la literalidad de las palabras, sin captar su profundidad espiritual. Sencillamente, no pueden aceptar la idea.
     En cierta forma, se trata de una imagen para ayudarnos a entender: comer su cuerpo indica que queremos aceptar y asimilar a Jesús y su mensaje de salvación. Jesús habla de la profunda relación que crecerá en el interior de sus discípulos si aceptan sus palabras y comen su cuerpo. Su relación se parecerá a la que hay entre Jesús, el Hijo, y el Padre que le envió al mundo.
     Este es el misterio de la vida cristiana: no es cuestión de una vida moral buena, sino que la gracia y las relaciones son esenciales. Hay que vivir la vida en una comunión cada vez más profunda con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. De este modo reflejamos la vida de la Trinidad. Hemos de compartir su carácter y sus prioridades viviendo en una comunicación constante con ellos y, mediante la gracia, escuchando algo de su propia comunicación.

MEDITATIO:
¿Participas en lo que la Iglesia llama ‘Eucaristía o Santa Cena’? ¿De qué modo influye en tu propia vida? ¿Vives el compromiso cristiano que implica participar de la Comunión? Prueba a leer 1 Corintios 15.35-42.
Considera qué significa que Jesús vive en ti y tú en Cristo. ¿De qué modo influye esto en tus pensamientos y en tu comportamiento?

ORATIO:
     Volvemos al Salmo 34. Continúa la alabanza, pero esta semana se centra en el hecho de dar gloria a Dios. El salmista compara a aquellos que buscan los bienes materiales y una vida larga con los que buscan honrar a Dios. Usa estas palabras como punto de partida para tus propias palabras de alabanza a Dios. Cuando llegues a los versos que hablan de honrar a Dios, tómate tu tiempo y escucha lo que Dios quiera decirte sobre esto y sobre tu propio estilo de vida.

CONTEMPLATIO:
     El hilo conductor de la liturgia de este día es la sabiduría: aprender a ver las cosas de la misma manera que Dios. Los versos de Proverbios 9.1-6 presentan a la sabiduría como una persona que nos invita a comer y beber lo que ha preparado.
     Efesios 5.15-20 continúa con el tema de la sensatez y nos proporciona consejos muy prácticos. Necesitamos llenarnos del Espíritu Santo para descubrir lo que Dios quiere que hagamos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario