TIEMPO LITÚRGICO
viernes, 31 de octubre de 2025
INDULGENCIAS QUE SE PUEDEN DONAR A LAS ALMAS EL PURGATORIO
Constitución Apostólica sobre las Indulgencias
“Sacrarum Indulgentiarum Recognitio”
• “…La Iglesia también recomienda las limosnas, las
indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.” (Catecismo de
la Iglesia Católica, 1032)
• “Mediante las Indulgencias, los fieles pueden
alcanzar para sí mismos y también para las Almas del Purgatorio la remisión de
las penas temporales, consecuencia de los pecados.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1498).
• “La indulgencia es parcial o plenaria según libere
de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente.” (Catecismo de
la Iglesia Católica, 1471)
REQUISITOS PREVIOS PARA OBTENER LAS INDULGENCIAS
¡Devoción!
Es la palabra clave en todas las Indulgencias… asistir con devoción, orar con devoción, llevar los
objetos benditos con devoción y cumplir con la Obra prescrita para ganar la
Indulgencia, pero de nada servirán los actos realizados si no tenemos una
verdadera devoción. Además, para obtener Indulgencia Plenaria es requisito
primordial cumplir las condiciones siguientes en un mismo día.
1. Confesión sacramental. (Recientemente
durante la semana, aunque recomendable el mismo día)
2. Comunión,
es necesario participar en la Santa Misa.
3. Oración por las intenciones del Papa,
incluyendo Credo, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
4. Obra de Caridad o de Penitencia:
dar limosna o visitar a enfermos, ancianos, minusválidos, niños abandonados u
otra persona en necesidad; dar ofrendas a instituciones de caridad o a la
Iglesia; ayuno, abstinencia de comida, bebida o actividad agradable; o un
ofrecimiento que requiera sacrificio.
5. Peregrinación a una de las Iglesias designadas.
Los enfermos y ancianos imposibilitados de hacer la
peregrinación pueden obtener la indulgencia ofreciendo a Dios sus sufrimientos
y molestias; y cumpliendo con la Confesión, Comunión y oraciones indicadas
frente a un altar en su casa.
Las cinco condiciones pueden cumplirse unos días
antes o después de rezar o hacer
la obra que incorpora la indulgencia, pero es conveniente que la comunión y la
oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día rezando a su
intención un solo Padrenuestro y un Avemaría; pero se concede a cada fiel la
facultad de orar con cualquier fórmula, según su piedad y devoción.
INDULGENCIAS SÓLO APLICABLES A LAS ALMAS DEL PURGATORIO
DEL “ENCHIRIDION
INDULGENTIARUM” DE S.S. PAULO VI
DEL 1 AL 8 DE NOVIEMBRE
X
Visitas al cementerio:
Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los
fieles cristianos que visiten piadosamente un cementerio (aunque sea
mentalmente) y que oren por
los difuntos.
2 DE NOVIEMBRE – CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS
X Visitas a Iglesias u Oratorio: Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que, el día en que se celebra la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, visiten piadosamente una iglesia u oratorio. Dicha indulgencia podrá ganarse o en el día antes indicado o, con el consentimiento del Ordinario, el domingo anterior o posterior, o en la solemnidad de Todos los Santos. En esta piadosa visita, se debe rezar un Padrenuestro y Credo. Y parcial rezando piadosamente Laudes y Vísperas del Oficio de difuntos; el Salmo 129-30 -De Profundis-; o la jaculatoria – “Dales, Señor, el descanso eterno, y brille sobre ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén”. (cf. Ritual de exequias).
LA SOMBRA DEL CIPRÉS ES ALARGADA
Es
una novela hermosa de nuestro escritor castellano Miguel Delibes: La sombra del
ciprés es alargada. Ambientada en una ciudad como Ávila, austera y amurallada,
en donde la vida sencilla se desarrollaba en esa calle trasversal de Vallespín.
Esta novela, marcará un antes y un después en la narrativa española, y parece
que está especialmente escrita para ser leída en noviembre, cuando el otoño ceniciento
nos sume en la nostalgia
más noble llena de melancolía, y la liturgia nos lleva al
recuerdo de los santos todos y a la memoria de nuestros difuntos…
La sombra del ciprés… Es el árbol más
sagrado de nuestros camposantos, en donde su misma estructura erguida nos educa
a mirar hacia lo alto como si su altura y su vector nos estuviesen provocando
para levantar vuelo, para elevar los ojos, hacia algo más grande y más sólido […]
Es simplemente una indicación, una invitación, en donde nadie es suplido ni
forzado a cosas distintas a su propio destino […]
No hace falta que andemos importando ritos ajenos y
leyendas extrañas, cuando la larga tradición
cristiana nos invita a algo tan nuestro como ver los árboles como donantes de
hojas, nuestros senderos campestres alfombrados de ellas, nuestros parques y
bosques en esa purificación de ramas y ramajes para aprender a ir a las raíces
de lo que propiamente es esencial.
Es en este ambiente, donde nosotros rezamos por nuestros
seres queridos que nos han precedido en la vida, en la fe y en la esperanza
para ellos cumplida. Los tenemos presentes como
quien recuerda con agradecimiento a quienes en nosotros dejaron su bondad y su
imborrable semilla. Y por ellos musitamos una oración, traemos a la memoria su
paso y su sonrisa, mientras fortalecemos la firme convicción de que para ellos
y para todos nosotros nos aguarda esa otra vida que Cristo nos ganó con su
resurrección.
Tiempo de evocaciones, de sombras alargadas, de cipreses enhiestos sin ser altivos, que nos recuerdan con sobria dulzura que las tristezas tienen caducidad cuando dejamos entrar la esperanza. Por mucha que pueda ser la apretura, siempre cabe esa vía de apertura que no tiene el desenlace casi desesperado del Don Juan Tenorio de Zorrilla, ni la frivolidad de quien cree que aquí no pasa nada. El ciprés es como una flecha, que bien arraigada en el suelo de la tierra, sabe soñar venturas de cielo que saben comenzar cada alborada. Así habría que traducir la esperanza a quienes por tantos motivos tanta desesperanza sufren en nuestros días, y así también deberíamos recordar a quienes se nos adelantaron en la vida y en el trance de morir, sabiendo que la muerte no tiene la última palabra.
+ Fr. Jesús Sanz Montes,
OFM-Arzobispo de Oviedo
DE UNACARTA PASTORAL
martes, 14 de octubre de 2025
OCTUBRE : TU CORAZÓN EN EL MÍO
Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar
LA
ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS
Un momento culminante de
toda vigilia de Adoración Nocturna ha de ser el momento de la Comunión.
Cuando en la Misa nos acercamos a recibir el pan de los ángeles se da uno
de los adelantos del cielo más intensos que puede haber en la
tierra: la común-unión, de Su Corazón con el mío. Aún
bajo el velo de las especies eucarísticas y en la penumbra de la fe, pero
perfectamente auténtico y verdadero. ¡Qué maravilla!
La comunión mensual de nuestra vigilia ha
de ser especialmente cuidada. Que sea un momento de gracia y encuentro, que
después prolongaremos durante la noche ante
el Santísimo Sacramento. La devoción al Corazón de Cristo nos
ayuda a vivir este abrazo con toda su fuerza. El Papa Francisco nos explicó en
la Dilexit nos, cómo ha sido así históricamente y cómo debe seguir siendo así
en nuestros días:
“La propuesta de la comunión eucarística
los primeros viernes de cada mes, por ejemplo, era un fuerte mensaje en un
momento en que mucha gente dejaba de comulgar porque no confiaba en el perdón
divino, en su misericordia, y consideraba la comunión como una especie de
premio para los perfectos. En ese contexto jansenista, la promoción de esta
práctica hizo mucho bien, ayudando a reconocer en la Eucaristía el amor
gratuito y cercano del Corazón de Cristo que nos llama a la unión con él.
Podemos afirmar que hoy también haría mucho bien por otra razón: porque en
medio de la vorágine del mundo actual y de nuestra obsesión por el tiempo
libre, el consumo y la distracción, los teléfonos y las redes sociales,
olvidamos alimentar nuestra vida con la fuerza de la Eucaristía. (Dilexit
Nos 84.)”
“Nadie debe sentirse obligado a realizar
una hora de adoración los días jueves. Pero, ¿cómo no recomendarla? Cuando
alguien vive con fervor esta práctica junto con tantos hermanos y encuentra en
la Eucaristía todo el amor del Corazón de Cristo, «adora juntamente con la
Iglesia el símbolo y como la huella de la Caridad divina, la cual llegó también
a amar con el Corazón del Verbo Encarnado al género humano». (Dilexit
nos 85.)
Para nosotros la comunión no
es un mérito adquirido o un derecho. Nos sabemos profundamente
miserables como para recibir un don tan grande, pero al mismo tiempo no
queremos hacerle a nuestro Dios el feo de no aceptarlo si en su gran
misericordia insiste en dárnoslo. ¡Qué privilegio! Enséñanos
a reconocer en cada comunión el don de tu cuerpo entregado y el Amor de tu
Sagrado Corazón.
Para nosotros adorar no es
sólo cuestión de deber u obligación. El día que nos hicimos
adoradores nocturnos adquirimos un compromiso, eso es cierto, pero es
un compromiso de amor. Lo hacemos de mil amores. La Iglesia nos
lo recomienda, últimamente en palabras del Papa Francisco en la encíclica sobre
el Corazón de Jesús. Habla sobre la Hora Santa, pero nos sirve también a
nosotros:
Muchas veces nos preocupamos de nuestra
dieta, de nuestra alimentación, de qué comer o qué no comer. Hay en nuestra
sociedad cada vez mayor cultura alimenticia… pero ¡qué poca cultura
eucarística! Qué poco preparamos el banquete del Amor. Qué
poco sabemos o nos interesamos por este alimento no ya del cuerpo sino del
alma. ¿Cómo vamos a subsistir espiritualmente, en la vida
cristiana, si no nos preocupamos por sacarle todo su jugo, el néctar escondido
de este divino alimento?
Don Luis de Trelles insistía
en unir nuestro corazón al de Cristo durante la comunión eucarística, para así
unirnos a su oración y oblación al Padre para el bien de las almas.
Compuso no pocas oraciones de acción de gracias para después de comulgar. Aquí
una de ellas: “Os ofrezco, Señor, todos y cada uno de los méritos incomparables
de aquella inmolación perfecta del Corazón Divino de Jesús en el árbol santo
que nos dio fruto de redención, las virtudes de Jesús como compensación de
nuestros vicios, el amor infinito de Dios Hijo a su padre, por nuestra tibieza
y desamor y las acciones perfectísimas todas de Jesús por las imperfecciones
todas inherentes a nuestra mísera humana condición”. (LS
2,1871 pp.420)
Preguntas para el diálogo y la meditación.
■ ¿Qué es comulgar?
■ ¿Valoramos la comunión como deberíamos?
■ ¿Qué nos puede ayudar a hacerlo mejor?
sábado, 4 de octubre de 2025
NUESTRA SEÑORA DEL
SANTISIMO SACRAMENTO
Encontrábase en Roma por el mes de
Diciembre último Mons. Gauthier, Arzobispo de Kingston, en el Canadá. Iba a ser
recibido por el Papa, y aprovechando esta circunstancia el M. Rdo. P.
Estévenon, Superior General de la Congregación del Santísimo Sacramento,
suplicó al Sr. Arzobispo se dignase pedir al Pontífice indulgencias para la
siguiente jaculatoria: “Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, Madre y modelo
de adoradores, rogad por nosotros”.
El señor Arzobispo, que es devotísimo de
la Sagrada Eucaristía, acogió con entusiasmo la propuesta y la redactó por escrito
para presentarla al Papa en la audiencia que tenía señalada para el día 30 de
Diciembre. Presente ante Su Santidad y habiendo obtenido permiso para leer la
súplica ¡oh sorpresa! en vano la busca en sus bolsillos y la hace buscar en el
abrigo que había dejado en la antecámara. Todo fue inútil; la instancia no aparecía.
El Prelado, un tanto turbado, comenzó a exponer de viva voz la petición, cuando
el Papa, de repente, sonriéndose, tomó una pluma en su mano, y sin vacilar un
momento trazó de su puño y letra el Rescripto que sigue:
[Cunctis qui coram Smo.
Sacramento publicae adorationi exposito, recitaverint hanc jaculatoriam: -“Domina
nostra Sanctlssimi Sacramenti, ora pro nobis,"- lndulgentiam tercemtorum
dierum concedimus.]
Dia 30 mensis
Decembris an. 1905.
PIUS P. P. X.
en castellano:
[A todos los que delante del Santísimo
Sacramento expuesto recitaren la siguiente jaculatoria: -“Nuestra Señora del Santísimo
Sacramento, rogad por nosotros,”- concedemos trescientos días de indulgencia.]
30 de Diciembre de 1905.
PIO X, Papa.
sábado, 27 de septiembre de 2025
lunes, 22 de septiembre de 2025
DE LOS ESCRITOS DEL SIERVO DE DIOS D.LUIS DE TRELLES Y NOGUEROL
No hay para nosotros una cosa más dulce,
más tierna, más expresiva y más amiga que la lámpara sacramental que resplandece en
la callada noche en frente del Sagrario.
La lucecita acompaña a su Dios, que yace allí sólo y olvidado, y custodia desde
allí las almas que el Señor redimió…
Es la lámpara compuesta de vaso y luz; alma y cuerpo,
como si dijéramos, espíritu y materia.
Toda luz viene del Verbo, porque el Verbo es la luz verdadera que alumbra a
todo hombre que viene a este mundo …testigo que avisa al
pasajero de Su presencia real en el Tabernáculo.
El hombre de mundo duerme tranquilo en su lecho, mientras el Señor
amantísimo queda sólo en medio de la oscuridad, y continua, sin embargo,
ofreciendo a su Eterno Padre su sacrificio perenne… ¡Si hubiese un adorador nocturno! ¡Si
hubiese una persona, una sola que guardase la presencia de Jesús!
Queridos lectores: procurad que se haga, que se establezca en todas
partes la nocturna adoración...
El adorador, si se apagase la luz del Tabernáculo, la encendería y la proveería de aceite; y, cerca de la luz, habría otra luz mejor que la natural: la luz de la fe del adorador, que acompañaría a nuestro Dios durante la vigilia.
Acompañar al Señor, tomar parte en sus cuidados,
adorarle cuando está sólo, aplicar
su Pasión a las necesidades de la Iglesia, pedir la tranquilidad pública y el
alivio de los males privados, y la conversión de los pecadores, y la
perseverancia de los justos, y la confirmación de los débiles, y la mejora de
los tibios, y la frecuencia de los Sacramentos, y la libertad de las almas del
Purgatorio, y la salvación de los enemigos, y la paciencia de los que sufren, y
la humillación de los soberbios, y la conversión del mundo, es la gran tarea de los adoradores nocturnos de
Jesús Sacramentado, y la
mejor ocupación de los fieles cristianos…
“La Lámpara del Santuario” Tomo VII– Pág. 1 – Año 1876
martes, 9 de septiembre de 2025
domingo, 7 de septiembre de 2025
CENTENARIO DE LA
ADORACIÓN NOCTURNA FEMENINA ESPAÑOLA
La Adoración Nocturna Española nace en
Madrid con la primera vigilia, el 4 de Noviembre de 1877, de la mano de Don
Luís de Trelles y Noguerol, hoy en proceso de canonización, y Don Juan de
Montalvo y O’Farril. Próximamente, en el año 2027, D.m., se celebrará el 150
aniversario de la fundación. Damos gracias a Dios.
Como también las damos por el primer
centenario oficial de la fundación de la Adoración Nocturna Femenina Española.
El día 25 de Julio de 1925
nació en Valencia la Adoración Nocturna Femenina, siendo su fundadora Doña
Anita Adrién Mur y su
primer Director Espiritual el Rvdo. Don Manuel Irurita Almandoz. Se
extendió por 37 secciones y el celo de Doña Anita la hizo llegar a otras
diócesis de España.
La fundadora de
ANFE nació en Valencia el 5 de Febrero de 1880 en
el seno de una familia cristiana. Tuvo dos hermanas religiosas y ella, postulante
dominica, no pudo serlo por padecer diabetes. Todos los días
asistía a Misa y al Jubileo. Las tardes las dedicada a obras de apostolado y
caridad.
De un libro de Actas está tomado este
párrafo: “El fuego divino que ardía en su alma quería que se
propagase a otras almas”, y su claro entendimiento, en sus ratos
de intimidad con Jesús, pensó, ideó y planeó el medio de que Jesús Sacramentado
recibiese adoración no sólo durante el día sino en las horas del descanso, del
silencio de la noche. “Velar con Jesús ¡qué dicha más grande! Estar
a los pies del Tabernáculo, en las horas de las tinieblas, cuando el enemigo de
Dios y de las almas no descansa, sino que maquina sus planes diabólicos”.
La inspiración divina la lleva a fundar una
Adoración Nocturna Femenina, para lo que tuvo que luchar contra viento y marea.
Por ser mujer hubo negativas por parte de las autoridades eclesiásticas que no
encontraban prudente que la mujer saliera de casa entrada la noche. Ella no
desmayó, rezando e insistiendo, hasta que Dios puso en su
camino a Don Manuel Irurita, canónigo de la Catedral, y el 12 de Mayo de 1925
se erigió la Asociación Archicofradía de la Adoración
Nocturna de Señoras Esclavas del Corazón Eucarístico de Jesús y de María
Dolorosa, de Valencia, siendo su
Director Espiritual el P. Irurita, hasta que fue elevado al Episcopado.
Ella, con el grupo que formó, celebraron la
primera vigilia el 27 de Junio de 1925. Pero Anita, que tenía espíritu
misionero, deseaba que la asociación fuera conocida por otras mujeres. El
Sr. Arzobispo lo ratificó y celebró una vigilia solemne en la Catedral el 25 de
Julio del mismo año. Durante la homilía dijo a las adoradoras:
“Sed
eucarísticamente piadosas y piadosamente eucarísticas”.
Fundó turnos los primeros viernes y
sábados de mes. Ensayaba los cantos para la vigilia. A las jóvenes les dejaba
el primer turno para que los padres permitiesen su asistencia. Implantó
personalmente 37 secciones en Valencia. Comenzó a escribir cartas a
otras diócesis desde el 3 de Febrero de 1932, fundando secciones:
en Orense (19 de Marzo de 1927), Pamplona y Murcia (7 de Diciembre de 1933),
Salamanca (31 de Diciembre de 1937). Posteriormente en Guipúzcoa, Vizcaya,
Villanueva de la Serena y Don Benito (Badajoz). También en Cervera y Lérida.
Tuvo la alegría de asistir personalmente a algunas de ellas. Poco a poco llegó
la Adoración Nocturna a Ibiza, Mallorca, Mahón y Seo de Urgel. También a
Barcelona y Balaguer. En Aragón habló con el Sr. Arzobispo para lo mismo.
Dado que ya estaba extendida la asociación
por bastantes diócesis, en 1933 solicitó del Obispo Auxiliar,
Doctoral de Valencia y Director del Seminario, Don
Javier Lauzurica, que fuese el Director Nacional de la Adoración.
En carta a su amiga Teresa Taberner le
explica cómo organizar y fundar secciones. Primero solicitar al Prelado de la
diócesis su autorización; segundo, lista de adoradoras activas y honorarias;
tercero, comunicar al Consejo Directivo de Valencia la fecha de inauguración. Y
contar con la bandera.
Anita sabía bien que la Eucaristía no
puede existir sin los sacerdotes y, con rifas y loterías, ayudaba a los
seminaristas necesitados. Durante la guerra civil los milicianos preguntaban ¿dónde
está esa Anita que paga la carrera a los curas? El acoso fue tal que tuvo
que trasladarse a veinticinco casas diferentes. En una ocasión huyó disfrazada
de pordiosera. En otra no pudo salir de la casa donde se escondía: registraron
todas las habitaciones menos donde ella estaba. Durante esos años, para poder
comulgar, se valía de adoradoras que le llevaban al Señor.
Tras la guerra, el 24 de
Junio de 1939, se reanuda la Adoración y tuvo que fusionar turnos
de las primeras adoradoras, reconstruir los centros, entre ellos su propio
domicilio con la sede, donde destinó un espacioso salón para la Capilla. Ella y
sus íntimas colaboradoras donaron sus joyas y monedas para una Custodia.
Más de trescientas adoradoras de Valencia, más otras de diversas diócesis, asistieron en peregrinación al Pilar, en 1940, con motivo del XIX centenario de la venida de la Santísima Virgen en carne mortal a Zaragoza en acción de gracias por el fin de la guerra.
El 3 de Agosto de 1941, a
los 61 años, el Señor la llamó a su lado. Falleció santamente
en su casa, recibiendo los sacramentos. A su entierro asistieron el Sr.
Arzobispo, muchos sacerdotes y las adoradoras de la diócesis. Sus restos
descansan en el cementerio de Valencia.
Hasta aquí su historia, que llega hasta
nuestros días, estando presente la Asociación en casi todas las diócesis
españolas, a pesar de todos los avatares que está sufriendo nuestra santa
Madre, la Iglesia. Y nos ha parecido oportuno aprovechar esta efemérides para
dar a conocer un poco a la mujer, de la que Dios se valió, para acercar a
tantas mujeres a la adoración eucarística, en una época en que no se podía
salir sola de casa y, menos, de noche.
“Oración
de Acción de Gracias por el Centenario”
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo: inmersas en esta historia de Salvación, queremos dar gracias por
nuestros 100 años como ANFE, donde, en cada vigilia, hemos sentido nuestra
misión en la Iglesia.
Hemos querido responder -con nuestras
débiles fuerzas- a este gran derroche de ternura que es nuestra historia
compartida: ¡Dios con nosotros y nosotros con Él!
Representantes de un mundo que ora y
trabaja, queremos prolongar -en horas de la noche- que la historia sigue siendo
tiempo de salvación que, nuestras noches de la vida, “tendrán siempre un
amanecer” una luz, una misma Presencia de Pascua.
Ante el Sacramento del Amor y la Unidad
ponemos voz y rostro a tantas noches de tantas historias que conforman nuestros
signos de los tiempos y, como nuestra Madre Santa María, señalar que el camino
sólo es uno: “Haced lo que Él os diga”, y sólo en Ti poner nuestra esperanza.
Ayúdanos a ser fieles a la misión
recibida, bendice nuestros esfuerzos, multiplica nuestros trabajos,
santifícanos con tu presencia para que, en todo momento, sepamos cantarte y
alabarte, Amor de los amores, y proclamar con nuestra vida: ¡Dios
está aquí!
María Teresa Díaz Gallego -Vicepresidenta Consejo Diocesano de Sevilla.
sábado, 6 de septiembre de 2025
SETPBRE : DIOS DE MI CORAZÓN
Alabado sea el Santísimo
Sacramento del Altar
LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS
En muchas de nuestras parroquias, iglesias y
ermitas hay imágenes del Sagrado Corazón de Jesús. A veces, también en nuestras
casas se han transmitido, quizá de generación en generación. Si nos fijamos en
la calle o en nuestras plazas, muchas estatuas de piedra o en las fachadas se
ven imágenes de Jesús señalándonos su corazón. Las hay más grandes y más
pequeñas, las hay más bellas, las hay más feuchas…
El Papa Francisco, en “Dilexit
Nos”, nos anima a que no nos detengamos
tanto en la calidad artística sino en el profundo significado
espiritual que transmiten y de paso nos dice algo precioso sobre la
Eucaristía: “Alguna de esas imágenes podrá parecernos poco atractiva y no
movernos demasiado al amor y a la oración. Eso es secundario, ya que la imagen
no es más que una figura motivadora, y, como dirían los orientales, no hay que
quedarse en el dedo que indica la luna. Mientras la Eucaristía es
presencia real que se adora, en este caso se trata sólo de una imagen
que, aunque esté bendecida, nos invita a ir más allá de ella,
nos orienta a elevar nuestro propio corazón al de Cristo vivo y unirlo a él. La
imagen venerada convoca, señala, transporta, para que dediquemos un tiempo al
encuentro con Cristo y a su adoración, como nos parezca mejor imaginarlo. De
este modo, mirando la imagen nos situamos frente a Cristo, y ante él «el amor
se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio» (Dilexit
Nos 57)
Las imágenes del Sagrado
Corazón nos invitan a ir más allá, a
representarnos interiormente a Jesús y elevar nuestro corazón al
suyo. Pero en la Eucaristía pasa algo distinto.
Allí no hay un “signo”, una “imagen”, ahí está la presencia real
del corazón de Jesús. Aunque no la vemos con los ojos, la fe nos
ayuda a saber que Jesús está allí. Siguiendo la comparación del Papa, la
Eucaristía es la “luna”, no el “dedo” que la indica. No tenemos que superar o
sobrepasar la Eucaristía, sino quedarnos allí con ella. Adorarla y celebrarla
para dejarnos transformar por el Corazón de Cristo no sólo “evocado” sino
verdaderamente “presente”.
Estar una noche adorando la
Eucaristía es también estar junto al Dios de mi corazón.
Aquel que más yo amo, aquello que es más importante para mí. No a través de
imágenes o recuerdos, no “virtualmente” u “online”. Cuando queremos a alguien
de veras, cuando le llevamos en el Corazón queremos estar con Él,
presencialmente, personalmente. Las imágenes, los recuerdos son bonitos, pero
sirven para quien está lejos o separado. Para estar con Jesús no hay mejor
manera que adorarle en el Sacramento del Altar. D. Luis de Trelles, fundador
de la Adoración Nocturna se dirigía así con un cariño precioso a su Dios: “ Dios
de mi corazón y mi Señor Jesucristo; aunque
estéis disfrazado y encubierto en los velos sacramentales, yo pecador, os
descubro con la luz de la fe que me inspiráis, en el Santísimo Sacramento del
Altar… quisiera amaros con aquella pureza de intención con que
os adoran los Ángeles, pero percibo mi pobreza espiritual y mi incapacidad de
ofreceros nada digno de Vos. Ya que nada mejor puedo hacer, os
ofrezco mis humildes votos y tibios deseos, reunidos a los que manan del divino
Corazón de Jesús en la santa Eucaristía; y os presento los
sentimientos y latidos de ese horno de caridad por
mis pecados y los del mundo, y para sufragio de las benditas almas del
purgatorio: esperando que admitáis esta ofrenda, pobre
en cuanto mía y grande por lo que de ella es vuestro, para otorgarme la gracia
de no pecar más y luego la dicha de veros eternamente en la gloria. (LS
3, 1872, p.316)
Hoy no hay preguntas de reflexión. Hoy repítele la oración al Dios de tu corazón, y pídele a Luis de Trelles hacerlo con su mismo fervor. Luego busca una imagen del Corazón de Jesús, mira la Eucaristía y dile. “Aquí te veo, pero no estás, allí estás aunque no te vea”.
viernes, 15 de agosto de 2025
LA VIRGEN MARÍA FUE ASUNTA AL CIELO, EN CUERPO Y ALMA
Assumpta est María in Caelum
…y se extendió
por toda la Tierra, como un perfume, la Devoción a Nuestra Señora, que era una
quintaesencia de su presencia en la Tierra…
El dogma de la Asunción de Nuestra Señora
fue ardientemente deseado por las almas católicas del mundo entero, porque es
una afirmación más a respecto de la Madre de Dios que la coloca completamente
fuera de paralelo con cualquier otra mera criatura y justifica el culto de
hiperdulía que la Iglesia le tributa.
Nuestra
Señora tuvo una muerte suavísima, tan suave que es calificada por los autores,
con una propiedad de lenguaje muy bonita, la “Dormición de la Bienaventurada
Virgen María” (Dormitio Beatae Mariae
Virgine), indicando que Ella tuvo una muerte
tan suave, tan próxima de la resurrección que, a pesar de constituir verdadera
muerte, entretanto es más parecida con un simple sueño. Nuestra Señora después de la muerte resucitó como Nuestro Señor Jesucristo, fue llamada a la vida por Dios y subió a los Cielos en
presencia de todos los Apóstoles allí reunidos, y de muchos fieles.
Esa
Asunción representa para la Virgen santísima una verdadera glorificación a los
ojos de los hombres y de toda la humanidad hasta el fin del mundo, bien como
anticipación de la glorificación que Ella debería recibir en el Cielo.
La Iglesia Triunfante entera va a recibirla con todos
los coros de ángeles; Nuestro Señor Jesucristo la acoge; San José asiste a la
escena; después Ella es coronada por la Santísima Trinidad. Es la glorificación de Nuestra Señora a los ojos de
toda la Iglesia triunfante y a los ojos de toda la Iglesia militante.
Con certeza en ese día, la Iglesia purgante también
recibió una efusión de gracias extraordinarias. Y no es temerario pensar que casi todas las almas que
estaban en el Purgatorio fueron entonces liberadas por Nuestra Señora en ese
día, de manera que allí hubo igualmente una alegría enorme. Así podemos
imaginar como fue la gloria de nuestra Reina.
Algo de eso
se repetirá – creo – cuando fuere instaurado el Reino de María, cuando viéremos
el mundo todo transformado y la gloria de Nuestra Señora brillar sobre la
Tierra.
(Profesor Plinio Correa de Oliveira
el 14 de Agosto de 1965)
LA DEFINICIÓN
DOGMATICA
Asunción significa que María fue
llevada en cuerpo y alma al cielo por el
poder de Dios, a diferencia de
la Ascensión del Señor que lo hizo por su propio poder. El Papa Pío XII,
en la Bula “Munificentissimus Deus”, del 1 de noviembre de 1950, proclamó
solemnemente el dogma de la Asunción de María con estas palabras:
"Pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente
revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el
curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste" (Dz. 2333).
EXPLICACION DEL CONTENIDO DEL DOGMA
De la
definición pontificia conviene destacar dos aspectos importantes:
1.-Que la Asunción
de María ocurre inmediatamente después del término de su vida mortal y,
2.-Se hace
hincapié en la glorificación de su cuerpo más que en la glorificación de su alma, como se explicará a continuación.
-Cumplido el Curso de su vida terrena:
La Asunción de María, ocurre
inmediatamente después del término de su vida inmortal, así pues, para entender
correctamente esta frase hay que considerar las siguientes cuestiones:
a) el significado de la fórmula: La fórmula
significa que la Asunción de
María no hay que aplazarla hasta el final de los tiempos, como sucederá con todos los hombres, sino como hecho
que ya ocurrió; y, además que el cuerpo santísimo de la Virgen no sufrió descomposición alguna, como ocurre con los cadáveres.
b) la intención del Papa al usar dicha fórmula y no
otra: El Papa quiso
prescindir de la cuestión de la muerte de María en la fórmula definitoria, y por ello la expresión
utilizada es igualmente válida, tanto si se entiende que la Virgen murió al
final de su vida terrena, cuanto si se piensa en la glorificación del cuerpo
mediante la donación de la inmortalidad gloriosa sin pasar por la muerte.
c) las posibles conclusiones: En la Bula
aparece repetidas veces el tema de la muerte de María, pero ello (estudiado
bien el texto), no favorece ni niega la postura contraria. Hay que decir, en
resumen, que aún no se ha llegado a una solución definitiva sobre este punto.
-La glorificación celeste del cuerpo de Santa María:
Este es el
elemento esencial del dogma de la Asunción. Enseña que la Virgen, al término de su vida en este mundo, fue llevada al cielo en cuerpo y alma, con todas las
cualidades y dotes propias del alma de los bienaventurados e igualmente con todas las cualidades de los cuerpos gloriosos. Se trata, pues, de la glorificación de María, en su
alma y en su cuerpo, tanto si la incorruptibilidad y la inmortalidad le
hubieren sobrevenido sin una muerte previa como si le hubiesen sobrevenido
después de la muerte mediante la resurrección.
Una vez visto el contenido del dogma, con más fuerza y claridad se
aprecia el hincapié que se hace sobre la glorificación corporal de María (más
que la de su alma), si tenemos en
cuenta lo siguiente:
a) María estuvo exenta de todo pecado: del original y
del actual.
b) Tuvo plenitud de gracia y santidad correspondientes a su condición y dignidad de ser la
Madre de Dios.
c) El premio o castigo del alma (para todos los hombres) es inmediato a la muerte. Por consiguiente, resulta sencillo entender que el premio del alma de María (por su excelsa santidad) estaba ya decidido, esto es, su glorificación; por ello, resultaría superflua la definición si no tratara sobre todo de la glorificación inmediata del cuerpo, que es en lo que consiste el privilegio de la Asunción.




.jpg)





.jpg)


.jpg)
.jpg)