TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

domingo, 6 de marzo de 2022

DEL BLOG DEL OBISPO

 CARTA PASTORAL AL INICIO DE LA CUARESMA

CUARESMA, TIEMPO DE CONVERSIÓN Y MISERICORDIA.


 Cuaresma, el tiempo litúrgico que pretende la conversión, que nos arrepintamos de nuestros pecados y seamos mejores, viviendo más cerca de Cristo y del prójimo que nos necesita. Se trata de los 40 días de preparación para vivir los misterios centrales de la fe: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. El signo inicial de la imposición de las cenizas en nuestras cabezas es expresivo de algo que ha de morir en nosotros para poder renacer y cambiar de vida. En estas semanas donde se preparan los que van a ser bautizados en la fiesta de Pascua se nos recuerda la relación especial que hemos de tener con el Señor Resucitado, el compromiso con el evangelio que nos ha enseñado y una vida moral consecuente con quienes como cristianos aspiramos a la santidad. Es tiempo, por todo ello, de reflexión, de penitencia, de conversión y reconciliación, para un combate contra el pecado cuyas potentes armas son la oración, el ayuno y la limosna.

   … Una vez más la situación dolorosa del mundo en guerra nos angustia y llena de preocupación, y nos hace pensar en tantos males, desórdenes y pecados personales que influyen dramáticamente en la vida común. ¡Cuánto sufrimiento provoca nuestra violencia, avaricia o afán de poder! Pero también la búsqueda del bien nos llama a la solidaridad. Arrojemos de nuestros corazones el odio, la envidia, los celos y personalismos que se oponen a los hombres y a Dios.

  Esta Cuaresma tiene que llegar al corazón o, de lo contrario, se quedará en lo superficial. Es tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. Este año, sin las restricciones del covid-19  de la anterior, las parroquias – así como las hermandades y cofradías, los movimientos y asociaciones, etc.—, han de ayudar con todas sus fuerzas para que hagamos una auténtica renovación personal con la fuerza de la liturgia bien preparada y expresiva de nuestra relación con Dios, en la escucha y aceptación de la enseñanza del evangelio, con los actos de devoción, conferencias cuaresmales, retiros y celebraciones de la Palabra, Vía Crucis y rezo del rosario. El Señor nos enseña a vencer la tentación, con Él y con nuestra propia colaboración, y mueve nuestra transformación interior. Solo hay que dejarse encontrar por quien nos busca con tenacidad y solicitud incansable, a pesar de nuestra tibieza.

  La conversión nos lleva siempre a la caridad, que expresa nuestro compromiso y el deseo que cambiar la realidad, de llegar más allá y de buscar a los alejados. El Papa nos recuerda: «No nos cansemos de hacer el bienporque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo.  Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a). “La resurrección de Cristo anima las esperanzas terrenas con la ‘gran esperanza` de la vida eterna e introduce ya el en tiempo presente la semilla de la salvación” (Benedicto XVI, Spe salvi, 3.;7). “No nos cansemos de orar ni de extirpar el mal de nuestra vida.No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo. Practiquemos la limosna, dando con alegría

   Os bendigo a todos con afecto.

  + Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta


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