TIEMPO LITÚRGICO

TIEMPO LITÚRGICO

viernes, 31 de octubre de 2025

 

INDULGENCIAS QUE SE PUEDEN DONAR A LAS ALMAS EL PURGATORIO

     Constitución Apostólica sobre las Indulgencias “Sacrarum Indulgentiarum Recognitio”

 

 

“…La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1032)

“Mediante las Indulgencias, los fieles pueden alcanzar para sí mismos y también para las Almas del Purgatorio la remisión de las penas temporales, consecuencia de los pecados.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1498).

“La indulgencia es parcial o plenaria según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente.” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1471)

 

REQUISITOS PREVIOS PARA OBTENER LAS INDULGENCIAS

 

    ¡Devoción! Es la palabra clave en todas las Indulgencias… asistir con devoción, orar con devoción, llevar los objetos benditos con devoción y cumplir con la Obra prescrita para ganar la Indulgencia, pero de nada servirán los actos realizados si no tenemos una verdadera devoción. Además, para obtener Indulgencia Plenaria es requisito primordial cumplir las condiciones siguientes en un mismo día.

1. Confesión sacramental. (Recientemente durante la semana, aunque recomendable el mismo día)

2.  Comunión, es necesario participar en la Santa Misa.

3. Oración por las intenciones del Papa, incluyendo Credo, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

4. Obra de Caridad o de Penitencia: dar limosna o visitar a enfermos, ancianos, minusválidos, niños abandonados u otra persona en necesidad; dar ofrendas a instituciones de caridad o a la Iglesia; ayuno, abstinencia de comida, bebida o actividad agradable; o un ofrecimiento que requiera sacrificio.

5. Peregrinación a una de las Iglesias designadas.

     Los enfermos y ancianos imposibilitados de hacer la peregrinación pueden obtener la indulgencia ofreciendo a Dios sus sufrimientos y molestias; y cumpliendo con la Confesión, Comunión y oraciones indicadas frente a un altar en su casa.

     Las cinco condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de rezar o hacer la obra que incorpora la indulgencia, pero es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día rezando a su intención un solo Padrenuestro y un Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de orar con cualquier fórmula, según su piedad y devoción.

 

INDULGENCIAS SÓLO APLICABLES A LAS ALMAS DEL PURGATORIO

DEL “ENCHIRIDION INDULGENTIARUM” DE S.S. PAULO VI

 

 

DEL 1 AL 8 DE NOVIEMBRE

 

X  Visitas al cementerio: Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que visiten piadosamente un cementerio (aunque sea mentalmente) y que oren por los difuntos.

 

2 DE NOVIEMBRE – CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS

 

X    Visitas a Iglesias u Oratorio: Se concede indulgencia plenaria, aplicable sólo a las almas del purgatorio, a los fieles cristianos que, el día en que se celebra la Conmemoración de todos los Fieles Difuntos, visiten piadosamente una iglesia u oratorio. Dicha indulgencia podrá ganarse o en el día antes indicado o, con el consentimiento del Ordinario, el domingo anterior o posterior, o en la solemnidad de Todos los Santos. En esta piadosa visita, se debe rezar un Padrenuestro y Credo. Y parcial rezando piadosamente Laudes y Vísperas del Oficio de difuntos; el Salmo 129-30 -De Profundis-; o la jaculatoria – “Dales, Señor,  el descanso eterno, y brille sobre ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén”. (cf. Ritual de exequias).

LA SOMBRA DEL CIPRÉS ES ALARGADA

   Es una novela hermosa de nuestro escritor castellano Miguel Delibes: La sombra del ciprés es alargada. Ambientada en una ciudad como Ávila, austera y amurallada, en donde la vida sencilla se desarrollaba en esa calle trasversal de Vallespín. Esta novela, marcará un antes y un después en la narrativa española, y parece que está especialmente escrita para ser leída en noviembre, cuando el otoño ceniciento nos sume en la nostalgia más noble llena de melancolía, y la liturgia nos lleva al recuerdo de los santos todos y a la memoria de nuestros difuntos…

  La sombra del ciprés… Es el árbol más sagrado de nuestros camposantos, en donde su misma estructura erguida nos educa a mirar hacia lo alto como si su altura y su vector nos estuviesen provocando para levantar vuelo, para elevar los ojos, hacia algo más grande y más sólido […] Es simplemente una indicación, una invitación, en donde nadie es suplido ni forzado a cosas distintas a su propio destino […]

  No hace falta que andemos importando ritos ajenos y leyendas extrañas, cuando la larga tradición cristiana nos invita a algo tan nuestro como ver los árboles como donantes de hojas, nuestros senderos campestres alfombrados de ellas, nuestros parques y bosques en esa purificación de ramas y ramajes para aprender a ir a las raíces de lo que propiamente es esencial.

  Es en este ambiente, donde nosotros rezamos por nuestros seres queridos que nos han precedido en la vida, en la fe y en la esperanza para ellos cumplida. Los tenemos presentes como quien recuerda con agradecimiento a quienes en nosotros dejaron su bondad y su imborrable semilla. Y por ellos musitamos una oración, traemos a la memoria su paso y su sonrisa, mientras fortalecemos la firme convicción de que para ellos y para todos nosotros nos aguarda esa otra vida que Cristo nos ganó con su resurrección.

 Tiempo de evocaciones, de sombras alargadas, de cipreses enhiestos sin ser altivos, que nos recuerdan con sobria dulzura que las tristezas tienen caducidad cuando dejamos entrar la esperanza. Por mucha que pueda ser la apretura, siempre cabe esa vía de apertura que no tiene el desenlace casi desesperado del Don Juan Tenorio de Zorrilla, ni la frivolidad de quien cree que aquí no pasa nada. El ciprés es como una flecha, que bien arraigada en el suelo de la tierra, sabe soñar venturas de cielo que saben comenzar cada alborada. Así habría que traducir la esperanza a quienes por tantos motivos tanta desesperanza sufren en nuestros días, y así también deberíamos recordar a quienes se nos adelantaron en la vida y en el trance de morir, sabiendo que la muerte no tiene la última palabra.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, OFM-Arzobispo de Oviedo

                                                                           DE UNACARTA PASTORAL

martes, 14 de octubre de 2025

CONVOCATORIA MENSUAL

 

OCTUBRE TU CORAZÓN EN EL MÍO

Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar

LA ADORACIÓN NOCTURNA MOMENTO PARA CULTIVAR LA INTIMIDAD CON DIOS

 

   Un momento culminante de toda vigilia de Adoración Nocturna ha de ser el momento de la Comunión. Cuando en la Misa nos acercamos a recibir el pan de los ángeles se da uno de los adelantos del cielo más intensos que puede haber en la tierra: la común-unión, de Su Corazón con el mío. Aún bajo el velo de las especies eucarísticas y en la penumbra de la fe, pero perfectamente auténtico y verdadero. ¡Qué maravilla!

 La comunión mensual de nuestra vigilia ha de ser especialmente cuidada. Que sea un momento de gracia y encuentro, que después prolongaremos durante la noche ante el Santísimo Sacramento. La devoción al Corazón de Cristo nos ayuda a vivir este abrazo con toda su fuerza. El Papa Francisco nos explicó en la Dilexit nos, cómo ha sido así históricamente y cómo debe seguir siendo así en nuestros días:

  “La propuesta de la comunión eucarística los primeros viernes de cada mes, por ejemplo, era un fuerte mensaje en un momento en que mucha gente dejaba de comulgar porque no confiaba en el perdón divino, en su misericordia, y consideraba la comunión como una especie de premio para los perfectos. En ese contexto jansenista, la promoción de esta práctica hizo mucho bien, ayudando a reconocer en la Eucaristía el amor gratuito y cercano del Corazón de Cristo que nos llama a la unión con él. Podemos afirmar que hoy también haría mucho bien por otra razón: porque en medio de la vorágine del mundo actual y de nuestra obsesión por el tiempo libre, el consumo y la distracción, los teléfonos y las redes sociales, olvidamos alimentar nuestra vida con la fuerza de la Eucaristía. (Dilexit Nos 84.)

   “Nadie debe sentirse obligado a realizar una hora de adoración los días jueves. Pero, ¿cómo no recomendarla? Cuando alguien vive con fervor esta práctica junto con tantos hermanos y encuentra en la Eucaristía todo el amor del Corazón de Cristo, «adora juntamente con la Iglesia el símbolo y como la huella de la Caridad divina, la cual llegó también a amar con el Corazón del Verbo Encarnado al género humano». (Dilexit nos 85.)

  Para nosotros la comunión no es un mérito adquirido o un derecho. Nos sabemos profundamente miserables como para recibir un don tan grande, pero al mismo tiempo no queremos hacerle a nuestro Dios el feo de no aceptarlo si en su gran misericordia insiste en dárnoslo. ¡Qué privilegio! Enséñanos a reconocer en cada comunión el don de tu cuerpo entregado y el Amor de tu Sagrado Corazón.

  Para nosotros adorar no es sólo cuestión de deber u obligación. El día que nos hicimos adoradores nocturnos adquirimos un compromiso, eso es cierto, pero es un compromiso de amor. Lo hacemos de mil amores. La Iglesia nos lo recomienda, últimamente en palabras del Papa Francisco en la encíclica sobre el Corazón de Jesús. Habla sobre la Hora Santa, pero nos sirve también a nosotros:

  Muchas veces nos preocupamos de nuestra dieta, de nuestra alimentación, de qué comer o qué no comer. Hay en nuestra sociedad cada vez mayor cultura alimenticia… pero ¡qué poca cultura eucarística! Qué poco preparamos el banquete del Amor. Qué poco sabemos o nos interesamos por este alimento no ya del cuerpo sino del alma. ¿Cómo vamos a subsistir espiritualmente, en la vida cristiana, si no nos preocupamos por sacarle todo su jugo, el néctar escondido de este divino alimento?

   Don Luis de Trelles insistía en unir nuestro corazón al de Cristo durante la comunión eucarística, para así unirnos a su oración y oblación al Padre para el bien de las almas. Compuso no pocas oraciones de acción de gracias para después de comulgar. Aquí una de ellas: “Os ofrezco, Señor, todos y cada uno de los méritos incomparables de aquella inmolación perfecta del Corazón Divino de Jesús en el árbol santo que nos dio fruto de redención, las virtudes de Jesús como compensación de nuestros vicios, el amor infinito de Dios Hijo a su padre, por nuestra tibieza y desamor y las acciones perfectísimas todas de Jesús por las imperfecciones todas inherentes a nuestra mísera humana condición”. (LS 2,1871 pp.420)

Preguntas para el diálogo y la meditación.

¿Qué es comulgar?

¿Valoramos la comunión como deberíamos?

¿Qué nos puede ayudar a hacerlo mejor?

sábado, 4 de octubre de 2025

NUESTRA SEÑORA DEL SANTISIMO SACRAMENTO

    Encontrábase en Roma por el mes de Diciembre último Mons. Gauthier, Arzobispo de Kingston, en el Canadá. Iba a ser recibido por el Papa, y aprovechando esta circunstancia el M. Rdo. P. Estévenon, Superior General de la Congregación del Santísimo Sacramento, suplicó al Sr. Arzobispo se dignase pedir al Pontífice indulgencias para la siguiente jaculatoria: “Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, Madre y modelo de adoradores, rogad por nosotros”.

   El señor Arzobispo, que es devotísimo de la Sagrada Eucaristía, acogió con entusiasmo la propuesta y la redactó por escrito para presentarla al Papa en la audiencia que tenía señalada para el día 30 de Diciembre. Presente ante Su Santidad y habiendo obtenido permiso para leer la súplica ¡oh sorpresa! en vano la busca en sus bolsillos y la hace buscar en el abrigo que había dejado en la antecámara. Todo fue inútil; la instancia no aparecía. El Prelado, un tanto turbado, comenzó a exponer de viva voz la petición, cuando el Papa, de repente, sonriéndose, tomó una pluma en su mano, y sin vacilar un momento trazó de su puño y letra el Rescripto que sigue:

   [Cunctis qui coram Smo. Sacramento publicae adorationi exposito, recitaverint hanc jaculatoriam: -“Domina nostra Sanctlssimi Sacramenti, ora pro nobis,"- lndulgentiam tercemtorum dierum concedimus.] 

                                 Dia 30 mensis Decembris an. 1905.

PIUS P. P. X.

en castellano:

   [A todos los que delante del Santísimo Sacramento expuesto recitaren la siguiente jaculatoria: -“Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, rogad por nosotros,”- concedemos trescientos días de indulgencia.]           

30 de Diciembre de 1905.

PIO X, Papa.


lunes, 22 de septiembre de 2025

DE LOS ESCRITOS DEL SIERVO DE DIOS D.LUIS DE TRELLES Y NOGUEROL


   No hay para nosotros una cosa más dulce, más tierna, más expresiva y más amiga que la lámpara sacramental que resplandece en la callada noche en frente del Sagrario. La lucecita acompaña a su Dios, que yace allí sólo y olvidado, y custodia desde allí las almas que el Señor redimió…

  Es la lámpara compuesta de vaso y luz; alma y cuerpo, como si dijéramos, espíritu y materia. Toda luz viene del Verbo, porque el Verbo es la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene a este mundo …testigo que avisa al pasajero de Su presencia real en el Tabernáculo.

   El hombre de mundo duerme tranquilo en su lecho, mientras el Señor amantísimo queda sólo en medio de la oscuridad, y continua, sin embargo, ofreciendo a su Eterno Padre su sacrificio perenne… ¡Si hubiese un adorador nocturno! ¡Si hubiese una persona, una sola que guardase la presencia de Jesús!

   Queridos lectores: procurad que se haga, que se establezca en todas partes la nocturna adoración...

   El adorador, si se apagase la luz del Tabernáculo, la encendería y la proveería de aceite; y, cerca de la luz, habría otra luz mejor que la natural: la luz de la fe del adorador, que acompañaría a nuestro Dios durante la vigilia.

   Acompañar al Señor, tomar parte en sus cuidados, adorarle cuando está sólo, aplicar su Pasión a las necesidades de la Iglesia, pedir la tranquilidad pública y el alivio de los males privados, y la conversión de los pecadores, y la perseverancia de los justos, y la confirmación de los débiles, y la mejora de los tibios, y la frecuencia de los Sacramentos, y la libertad de las almas del Purgatorio, y la salvación de los enemigos, y la paciencia de los que sufren, y la humillación de los soberbios, y la conversión del mundo, es la gran tarea de los adoradores nocturnos de Jesús Sacramentado, y la mejor ocupación de los fieles cristianos…

“La Lámpara del Santuario” Tomo VII– Pág. 1 – Año 1876